El sargento Tesán a su llegada a España de Afganistán: «Ha sido una misión dura, pero agradecida»

Son sus primeras palabras tras bajar de uno de los A400 del Ejército del Aire que en los últimos días han servido para evacuar a los 2.206 afganos que han llegado a nuestro país. Tras fundirse en un emocionante abrazo con su familia, una imagen que se ha repetido entre los 53 compañeros, con los niños que volvían a ver a sus padres tras varias semanas como principales protagonistas, el sargento Tesán atiende a OKDIARIO para resumir lo vivido en Afganistán: “Ha sido una misión dura, pero agradecida”.

Nada más pisar suelo español, tras muchas jornadas en peligro por el avance de los talibanes, este militar no podía disimular que “estamos emocionados”. Asegura Tesán, con rostro cansado por las 210 horas de vuelo que han acumulado en poco más de una semana, que “han sido unos días largos, con sufrimiento y trabajo” pero con “la recompensa de haber cumplido al final” de una misión que a muchos de ellos que ya habían estado en Afganistán les provocaba “flashbacks”.

Este servidor público se manifiesta satisfecho “por haber podido ayudar al mayor número de personas posibles”. De hecho, las previsiones iniciales del Gobierno pasaban por poder evacuar a unas 800 personas, por lo que prácticamente se ha triplicado esa cifra, con las 2.206 personas que han podido salir de Kabul con la ayuda del Ejército español. Además de los colaboradores españoles, las Fuerzas Armadas también han conseguido evacuar a cooperantes de la UE, la ONU y Portugal.

El sargento Tesán reconoce que una operación de estas características “te hace ver cosas duras”. Con ello se refiere a las imágenes de gente desesperada entregando a sus hijos en el aeropuerto de Kabul con tal de ponerlos a salvo. Nuestros militares, además de ayudar a llegar al interior de los aviones españoles a los que iban a volar hasta Torrejón de Ardoz, también han dado asistencia a los miles que se agolpaban en el aeródromo de la capital afgana y que, en muchos casos, se han quedado a escasos metros de la salvación.

Pese a la dureza de esas imágenes que han tenido que ver prácticamente a diario, tanto en las pistas del aeropuerto de Kabul como en el interior de los aviones en el traslado desde la capital afgana hasta Dubái, el sargento se queda con la satisfacción “y el agradecimiento de ver cómo haces sentir bien a la gente”.